La llamada “tumba nazi” que se encuentra en el Panteón Yáñez ha sido motivo de todo tipo de rumores desde el primer avistamiento de aquellos símbolos que hacen referencia a los portados por los militantes del Tercer Reich.

Las esvásticas que lucen por el enfático negro en la parte superior de esa vistosa construcción, levantan la sospecha de la identidad y afiliación política de las personas enterradas bajo semejante monumento.

No obstante, la verdad acerca de esta tumba es mucho más complicada de lo que se podría pensar y no involucra soldados alemanes de la segunda guerra mundial ni partidarios de la ideología nacional-socialista.

La historia gira en torno al personaje de Julián Jacob, un migrante judío que desembarcó en Nayarit junto a su familia a principios del siglo pasado, para posteriormente residir en Jalisco

Algunos relatos señalan que Jacob llegó en su juventud y venía acompañado de su bella esposa alemana, quien cambiaría su identidad al llegar al país por la de “Severina Álvarez de Jacob”, nombre que aparece en la tumba.

Lapida

No obstante, de acuerdo con el recuento de sus familiares, la historia parte de las circunstancias en torno a la llegada de Julián Jacob a México, pues tanto se cree también que llegó en su niñez y no fue sino hasta que llegó a Jalisco que conoció a Severina.

La pareja llegó a Sonora y Jacob decidió emplearse como peluquero y comerciante; sin embargo, de acuerdo con el testimonio de familiares de este personaje, Jacob albergaba un profundo sentimiento anti-yankee en su interior.

En esos tiempos, el fervor por el país anglosajón era algo común entre la población mexicana; pero Jacob despreciaba la idealización estadounidense, por se reunía secretamente con personas afines a esta forma de pensar que adoptaron la esvástica como motivo, sin coincidir en realidad con la ideología política nazi.

Cuando Severina murió, en agradecimiento por el amor y los hijos que le dio a Jacob, éste se dio a la tarea de decorar el pequeño mausoleo con dichos símbolos que había usado como señal de rebeldía.

La esvástica tiene un origen antiquísimo vinculado con diversas religiones, particularmente hindúes, la cual es un símbolo de paz, prosperidad y continuidad; sin embargo debido a su uso durante el régimen de Adolf Hitler, ésta se volvió altamente estigmatizada en el oeste.