Cecilia Navarro Sánchez, profesionista, maestra, esposa y madre de cuatro hijos, desapareció hace cuatro años, desde Valle Dorado, Estado de México. Desde entonces el caso ha pasado de fiscalía en fiscalía, a nivel federal, a nivel estatal. La investigación ha iniciado de cero muchas veces. Sus hijos y esposo la siguen buscando.

El 4 de septiembre de 2012, Cecilia fue a trabajar a la Normal de Naucalpan como cualquier día. Pasadas las 3 de la tarde recogió de la secundaria al más joven de sus hijos, lo dejó en la casa, en Valle Dorado, y le comentó  que iría a Toluca a una reunión del sindicato al que pertenece. La esperaban tarde y todos se fueron a dormir; no fue sino hasta el día siguiente que se percataron de que no había llegado.

Ese mismo día quisieron interponer una denuncia ante el ministerio público de Sor Juana, Tlalnepantla, pero las autoridades les dijeron que debían esperar 72 horas para levantar la denuncia. La familia se dirigió a diferentes oficinas federales.

Tampoco tomaron el caso por no existir indicios de secuestro, pero les informaron que los agentes del Estado de México estaban obligados a recibir la denuncia antes de las 72 horas. Entonces regresaron al MP de Tlalnepantla. Por fin levantaron el acta a la una de la mañana del 6 de septiembre.

Durante los siguientes dos años a la desaparición de Cecilia, en el Estado de México el expediente fue turnado a tres agentes de ministerio úblico distintos, al menos. Desde 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) también conoció del caso por medio de la FEVIMTRA. Ahí volvieron a empezar, desde cero. Pero apenas hace tres meses, la FEVIMTRA declinó todos los casos de mujeres desaparecidas y los envió a la fiscalía de Desaparecidos, ahí mismo, en PGR. “Nos acaban de poner un nuevo (agente de) ministerio público en desaparecidos, pero éste ni siquiera se ha puesto en contacto con nosotros”, acusa la familia.

En el Estado de México, el caso también ha sido itinerante. Estaba originalmente en el ministerio público de Tlalnepantla. “Pero ahora nos reasignaron al MP de género en Naucalpan. Digamos que el MP que le está dando seguimiento, y también está haciendo adelantos del caso”.

INDICIOS PENDIENTES.  Cecilia desapareció el 4 de septiembre de 2012. El día 6 de noviembre de aquel año, la familia fue informada de que el auto de Cecilia había sido hallado. Una mujer  lo había reportado desde inicios de septiembre, pero las autoridades lo recogieron hasta noviembre. Eso provocó que se perdieran cintas de video u otras pistas sobre quién o quiénes lo dejaron ahí.

El auto había sido abandonado en Circuito Historiadores, en Ciudad Satélite, a unos 25 minutos de Valle Dorado, y a cinco  de una propiedad que Cecilia –así lo había manifestado– deseaba comprar.

La casa que Cecilia deseaba comprar podría ser otra línea de investigación, pero hasta la fecha no se han realizado las diligencias necesarias: analizar el lugar con ayuda de luminol u otras sustancias que revelen la presencia de sangre, revisar el terreno…

La familia ha hecho otras cosas por su cuenta. Por ejemplo, junto a la Red de Madres Buscando a sus Hijos, una organización mexiquense conformada por familiares de desaparecidos, han realizado una ronda en Semefos de la entidad. “Se tienen varias carpetas de cuerpos que no están identificados, ya sea porque son fragmentos y se están mandando a que se haga la comparación genética. Llevo solicitando esto desde hace un año. Todavía no hay resultados”.