Dania Hernández nació con hipoacusia severa, enfermedad que afecta el sistema auditivo y que le fue detectada a los tres años de edad, lo que dificultó su desarrollo y aprendizaje.

Por ello, la mujer de 44 años de edad fundó en Ecatepec el primer Centro de Enseñanza de Lengua de Señas Mexicana (LSM), que en una década ha atendido a más de 800 personas.

Después de ser diagnosticada, Dania comenzó con los viajes de más de dos horas a la Ciudad de México para recibir terapia de lenguaje, ya que en su municipio y en el Estado de México no existían escuelas de atención especializada.

Con la donación de un aparato auditivo (una caja con un cable), pudo concluir sus estudios en la Escuela Normal de la Ciudad de México y tomar un taller de serigrafía, lo que le permitió conseguir empleo por varios años; sin embargo, sentía la necesidad de apoyar a otras personas que nacieron con alguna discapacidad y que no tenían los recursos económicos necesarios para salir de su localidad y estudiar.

“Otro motor muy fuerte para poner este Centro fue mi madre, recuerdo que desde que supo de mi hipoacusia, hizo todo lo posible por darme las herramientas necesarias para que yo pudiera salir adelante y valerme por mi misma”, declaró.

En Ecatepec habitan más de 11 mil personas con alguna discapacidad auditiva, de habla o para comunicarse, de las cuales sólo 58.4 por ciento, es decir seis mil 512, tuvieron acceso a educación básica, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Desde hace 10 años, con el apoyo de la Dirección de Bienestar municipal, Dania encontró un espacio en el deportivo de la colonia Ejidal Emiliano Zapata, donde no solo ha enseñado a personas de diversas edades de municipios aledaños como Coacalco, Tecámac, Zumpango, Tultitlan e incluso de la Ciudad de México, sino también a sus familiares, logrando así un mejor entorno para el desarrollo de los sordos.

Actualmente, además de tomar clases de LSM gratuitamente, las personas que acuden a este centro también pueden obtener su certificado de primaria y secundaria, en donde Dania traduce los conocimientos impartidos por un asesor educativo del INEA, que acude una vez por semana.

Varios de los alumnos que han asistido a este lugar han encontrado oportunidades en el campo laboral o continúan con sus estudios, ya que lo aprendido les dio seguridad y medios efectivos de comunicación.