Thursday 18 de April del 2024

EN SAN MIGUEL LAS TABLAS LAS FAMILIAS “VIVEN COMO PATOS”, ENTRE EL AGUA

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María Merced López Ibarra a sus 76 años de edad tiene que pasar sus noche sobre una cama rodeada de agua y la humedad penetra en sus viejos huesos.

Por más que alza su cama poniéndole tabiques en las patas, no puede evitar escapar de su destino “vivir como pato”.

Ella, ilusionaba pasar los últimos días de su vida en una casa, rodeada de flores, pero a su alrededor solo hay agua y más agua.

Y no hay necesidad que llueva en San Miguel Las Tablas, ya que el líquido fluye del suelo hacías las casas.

En la casa de María Merced el nivel subió 60 centímetros, y sus sillones, comedor y cocina prácticamente flotan en el lugar.

Ella vive sola en el número 2 de la manzana 80 de San Miguel Las Tablas; su hijo Arnulfo Ramírez, de 30 años se fue y su esposo Arnulfo Ramírez Hidalgo, hace dos años que murió.

“He sacado el agua hasta con bomba, pero vuelve a regresar, porque no hay salidas ni drenaje”, recordó.

Este es solo un caso de las condiciones en el que se vive en San Miguel Las Tablas, una zona que anteriormente perteneció al lago de Chalco y en la época del porfiriato se extrajo el agua para convertir la zona en tierra agrícola.

Con la revolución de 1910 y el reparto agraria en la época del General Lázaro Cárdenas, las tierras fueron repartidas a los campesinos de Tláhuac.

En la época de Carlos Salinas de Gortari, ese parte ejidal de Santa Catarina quedó dentro del territorio de Valle de Chalco, pero por sus condiciones geográficas se inundaba constantemente.

Aún así, las tierras de San Miguel las Tablas se vendieron y se fraccionaron en miles de lotes que fueron ocupados por familias que deseaban un hogar.

Ahí llegó María Merced que hace 20 años construyó su primera casa que con el paso del tiempo quedó sepultada con tantas tonelada de tierra que se usó para relleno.

Su segunda casa la levantó en la parte del terreno que rellenó, pero no escapa de las inundaciones.

El mismo proceso ocurrió con la señora Agustina Santona Hernández, de 52 años de edad que tuvo que salirse del cuarto porque fue invadida por el agua y se enfermo, recordó su hija Araceli Gasca, de 26 años.

En las calles de San Miguel Las Tablas se ven desfilar camiones y góndolas con cargas de tierra, asfalto, cascajo y todo tipo de material para relleno.

Incluso, las mujeres, niños y hombres utilizan botas de hule o andan descalzos para poder atravesar las inundadas calles.

No hay calle en la que no se vea a hombres con palo en mano y carretillas rellenando los patios de sus casas.

Pero aún así, el líquido freático sale por la casas como ocurre con la de la familia López en la calle Alelí, dónde se ve el agua amarillenta que fluye como arroyo.

“Tenemos que comprar las cargas de cascajo en 500 pesos cada uno y ya metimos más de 10 rellenos y aún así no podemos evitar seguir inundados”, manifestaron las vecinas que invitaron a reporterosenmovimiento para que se conociera la forma en que viven.

Hace un año, el alcalde de Valle de Chalco, Ramón Montalvo Hernández y sus directores de Odapas, así como de Obras públicas, realizaron un recorrido por San Miguel Las Tablas para anunciar la construcción de un drenaje y la introducción del agua potable.

Sin embargo, solo quedan 5 meses del actual gobierno municipal y San Miguel Las Tablas será todo un reto para la primera administración de Morena en Valle de Chalco y para el alcalde electo, Francisco Tenorio.

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