Las personas que consumen alimentos elaborados con granos integrales tienen menos riesgo de padecer enfermedades crónicas y son menos propensas a engordar a medida que envejecen, según Julie Miller Jones, catedrática distinguida y profesora emérita de la Universidad St. Catherine en Estados Unidos.
“Todo tipo de investigación epidemiológica muestra que los granos integrales reducen la obesidad y el riesgo de padecer diabetes, enfermedades coronarias y cardiovasculares, ataques cerebrovasculares, cáncer y muerte por todas estas causas”, explicó Miller Jones, durante su presentación para representantes de compañías y asociaciones de la industria procesadora de alimentos y científicos durante el primer Día de la Calidad y Nutrición del Maíz y el Trigo celebrado cerca de la Ciudad de México el 14 de septiembre.
Miller Jones hizo énfasis en que cantidades relativamente pequeñas de granos en la dieta pueden ser muy benéficos para la salud. “Hablamos de comer unas tres rebanadas de pan, o un tazón de avena integral y un sándwich, u hojuelas de avena en la mañana, pasta en la comida y arroz en la noche”, explicó.
Organizado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), organización que recibe fondos del sector público para sus actividades y trabaja con cientos de colaboradores en todo el mundo en desarrollo con la misión de aumentar la productividad y la calidad de los sistemas de producción de maíz y trigo, el evento destacó las conexiones fundamentales entre los agricultores, el fitomejoramiento y la calidad del maíz, y los productos a base de maíz y trigo.
“Fue una estupenda idea que el CIMMYT llevara a cabo este evento”, dijo uno de los participantes al referirse a las funciones complementarias de la industria alimentaria y el CIMMYT. “Compañías como las nuestras apenas se están percatando de que mejorar nuestros resultados finales y nuestra sustentabilidad no comienza con la harina que recibimos, pues antes ya hubo 10 procesos que incluyen el fitomejoramiento, los análisis de calidad, la agronomía y hasta el trabajo de extensión en el campo”.
“Esta es la primera vez que reunimos a un gran número de actores de las cadenas de valor de calidad y nutrición del maíz y el trigo, y esperamos que esto se traduzca en grano de mejor calidad y más nutritivo, y alimentos que mejoren la dieta de las personas”, dijo Natalia Palacios, especialista en nutrición y calidad de maíz del CIMMYT.
Además de que utilizar más de 35 millones de toneladas anuales de maíz para consumo humano y alimento animal, la industria procesadora mexicana maneja más de 8 millones de toneladas de grano de trigo.
“El CIMMYT puede servir como plataforma común para realizar investigación conjunta con la industria alimentaria, fuera de la competencia, y para difundir información sobre una buena nutrición y dietas sanas”, sugirió Carlos Guzmán, jefe del laboratorio de química y calidad de trigo del CIMMYT.
Junto con la Asociación Internacional de Ciencia y Tecnología de los Cereales (ICC), Guzmán está organizando la 4a Conferencia Latinoamericana de Cereales y el 13o Taller Internacional de Gluten, ambos a celebrarse en la Ciudad de México del 11 al 17 de marzo de 2018.
