Thursday 28 de March del 2024

Despegan drones hechos en México

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Todo comenzó en el 2008, cuando un grupo de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) decidieron reunirse para diseñar proyectos de ingeniería aplicados al aeromodelismo y aviones de radiocontrol, con el propósito de participar en la edición del SAE AeroDesign Brasil de ese año.

En la competencia obtuvieron resultados favorables y la oportunidad de aprender más de lo que se podía hacer con los sistemas aéreos no tripulados que ahora son conocidos como drones. La experiencia brasileña les abrió las puertas a estos jóvenes mexicanos para participar en otras competencias en Estados Unidos, lo que les permitió adquirir la experiencia suficiente para que en 2010 decidieran emprender el proyecto llamado Quetzal Aeroespacial. Su director general, Jorge Alberto Ortega Sánchez, recuerda la primera etapa de esa empresa.

“Quetzal es una empresa de desarrollo tecnológico, específicamente para sistemas aéreos no tripulados; encontramos un sector que prospecta mucho, que es el sector de la fotogrametría y la percepción remota, que básicamente son dos aplicaciones de la fotografía vertical; vimos cómo se podría hacer con drones, porque ya se hacía antes con aviones tripulados; a partir de ahí fue que comenzamos a desarrollar la tecnología para cubrir esos mercados”, puntualizó.

dron

Tecnología nacional

Ortega Sánchez recordó que en 2011, con el apoyo del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) e inversión privada, comenzaron el desarrollo de sus propias aeronaves y algunos componentes, hasta lograr el diseño de su primer prototipo.

“Funcionó bien, sobre todo en los sistemas, la plataforma aérea también pero no como queríamos; en 2012 y 2013 la fuimos modificando y quedó la que ya funge como prototipo. En 2014 nos volvió a apoyar Conacyt para mejorarlo y un año después para que se consolidara como un prototipo de producto comercial que es justamente lo que manejamos”, destacó.

El director general de Quetzal Aeroespacial indicó que otro de los objetivos de este proyecto fue nacionalizar el desarrollo tecnológico en el ramo y que proyecte el talento mexicano en lo que se refiere a la ingeniería de alto nivel, lo que permitirá reducir costos y mejorar la calidad de las aeronaves que se importan del extranjero.

En la actualidad, dijo, el uso de los sistemas aéreos no tripulados (drones) es muy variado, desde el entretenimiento hasta rubros mucho más complejos, como el monitoreo y vigilancia para el sector seguridad e incluso, la coordinación de estrategias militares. En el caso de Quetzal Aeroespacial, el proyecto va enfocado al sector civil, en áreas como la agricultura de precisión, fotogrametría, monitoreo de construcciones, modelado 3D, apoyo a protección civil, turismo y cinematografía.

“Donde hay más futuro es en la agricultura de precisión, que es básicamente fotografía vertical para hacer un mapa del terreno; se toman imágenes con una cámara multiespectral que expone la reflectancia del terreno con la que se puede identificar qué tan saludable está antes de la cosecha, o después observar cómo queda el suelo y en su caso tomar acciones preventivas o correctivas para hacerlo más sano. Con esto se puede mejorar el rendimiento por hectárea, aumentar la producción y reducir costos”, abundó.

Hardware y software

Una de las partes más importantes del diseño de estos sistemas aéreos no tripulados son el software y hardware, pues permiten que estos drones puedan ser controlados de manera remota y que realicen sus funciones de manera efectiva, de acuerdo con el director de Investigación, Desarrollo e Innovación, en la división de Integración de Hardware y Software de Quetzal Aeroespacial, Omar Olvera Castañeda.

“El software que ahorita se está desarrollando es una estación de control en tierra, una computadora con un software que maneje los mandos del avión, cambiar los modos de vuelo, grabar en el autopiloto las rutas, configurar el modo de vuelo, qué tanto puede virar el avión, así como las inclinaciones que debe hacer”, explicó.

Olvera Castañeda puntualizó que, a partir de parámetros de la aeronave como son el peso, volumen y la capacidad de techo de servicio, se seleccionan los componentes, dispositivos electrónicos, las cámaras y sus lentes, todo eso, dijo, para adecuar la óptica al funcionamiento del avión y que les permitan hacer los mapas que se requieren de manera efectiva.

En lo que se refiere al diseño de las aeronaves, el director del área de Desarrollo Aeronáutico de Quetzal Aeroespacial, Gerardo Jiménez Sánchez, destacó la importancia de trabajar en las partes estructural y aerodinámica de los drones, para que estos sistemas aéreos no tripulados tengan un funcionamiento adecuado.

“Siempre hemos platicado que los servicios que ofertamos son ‘cámaras voladoras’; buscamos que los proyectos aeronáuticos aquí sean muy completos, hacemos un proceso muy puntual de todo el proceso de fabricación del avión, que se divide en tres partes: la primera es el desarrollo conceptual, donde platicamos con el cliente qué es lo que se requiere, el tipo de nave y la ubicación de los componentes, para que nosotros transformemos estos datos a un lenguaje ya más técnico”, explicó.

La segunda etapa, dijo, es el diseño preliminar, es decir, el dimensionamiento de la aeronave, donde se realizan las estimaciones del peso, desempeño, comportamiento, dimensiones, altura, peso máximo de la estructura y la autonomía que va a tener el dron.

“Y ya la tercera fase, que es el diseño a detalle, hacemos estudios computacionales en túneles de viento que tienen algunas instituciones, realizamos los cálculos y algunas pruebas físicas para después conjuntar todo el proyecto en un primer prototipo con las subsecuentes pruebas de vuelo para validar su funcionamiento. El proceso depende mucho de la profundidad que requiere el proyecto, algunos son muy rápidos, como de seis meses, otros más grandes pueden tardar hasta 10 años”, abundó.

Para Jiménez Sánchez, el desarrollo de sistemas aéreos no tripulados es un mercado emergente que conlleva aspectos positivos, como la inquietud de muchas empresas a desarrollar esta tecnología, pero también retos, como lo es diseñar una legislación adecuada para el manejo y control de venta de los drones, tanto en México como a nivel mundial.

“Hay que ver la parte de la legislación. El problema que tenemos en todo el mundo es que no hay un control de venta. Se puede ir a una tienda de autoservicio y comprar un dron que en la mayoría de las ocasiones no lo sabe manejar quien lo adquiere. No existe una capacitación previa y esa es la parte más importante porque ya estamos hablando de un objeto que mínimo pesa dos kilos y que si llega a golpear a alguien le causa un daño importante”, destacó.

Apoyo Conacyt

De acuerdo con el director general de Quetzal Aeroespacial, Jorge Alberto Ortega Sánchez, existe importante impulso hacia el desarrollo de tecnología mexicana por parte de las entidades, instituciones y centros de investigación; además de que hay credibilidad y confianza en la gente que recibe la formación científica, por lo que el reto a vencer, dijo, es que el mercado le apueste a confiar en la tecnología hecha en nuestro país.

“La apuesta de Conacyt de apoyar este tipo de empresas es positiva, nos ha impulsado mucho a sacar nuestra propia tecnología, desarrollar proyectos, justificarlos y entregar buenos resultados. Lo complicado está cuando se lleva el producto al mercado, usualmente observamos dudas de por qué el mexicano tendría que ser mejor que el canadiense o el europeo, esa es la parte donde hemos batallado un poquito, en la cuestión de demostrar que nuestro producto tiene igual, e inclusive mejores calidades que el extranjero”, aseveró.

No obstante, dijo, en lo que se refiere a los sistemas aéreos no tripulados, la competencia ha resultado un aspecto positivo, puesto que no existe en sí un acaparamiento de alguna empresa, sino más bien un trabajo de colaboración entre fabricantes para cubrir el mercado nacional.

“Usualmente creería uno que la competencia te quita mercado, pero en este caso nos hemos ayudado entre todos los que somos competidores porque hay tantos clientes que para que una o dos empresas los acaparen es imposible. Nuestro objetivo es demostrar que la tecnología de sistemas aéreos no tripulados hecha en México funciona, y ya lo hemos probado”.

Actualmente, Quetzal Aeroespacial es uno de los principales organizadores del SAE AeroDesign México y desde 2011 son parte del Clúster Aeroespacial del estado de Querétaro.

Fuente: conacytprensa.mx

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