La operatividad del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), traerá consigo la contaminación de por lo menos uno de los pulmones verdes, de la zona boscosa del municipio de Texcoco, por lo que urge iniciar con algun programa efectivo para aminorar el impacto, expresó Jesús Martín Cuanalo, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Forestales (AMPF).
Es necesario y urgente que se empiece a trabajar sobre el impacto, que causará la contaminación de los aviones , en todo el territorio texcocano, sobre todo en su zona verde y boscosa, opinó el ingeniero Jesús Cuanalo, tambien candidato a la presidencia municipal, por el PVEM.
Informó que cuatro comunidades han comenzado por sus propios medios, y apoyados por la empresa INyDES, a poner su granito de arena.
Pues actualmente se sembraron un millón y medio de árboles en los ejidos de San Miguel Coatlinchan, Santa María Nativitas, Bienes Comunales de San Jerónimo Amanalco, y Tlaminca de Tezcutzingo.
Pero eso no es suficiente, falta mucho por hacer, en las zonas altas de la montaña de Texcoco, en donde se tienen que reforestar muchas zonas, que se han erosionado con el paso de los años, y de por si ya había un serio problema de deforestación y aunado a esta problemática del impacto ambiental, que se generará por la construcción del NAICM, se torna más severa la situación.
Además dijo que otro de los problemas va a ser la falta de agua, la cual ya es deficiente y con este proyecto del Nuevo Aeropuerto, la situación se torna más preocupante, entonces urge continuar con la reforestación de al menos 10 mil árboles en la zona de la montaña y el cuidado de los ríos para evitar una crisis del vital líquido.
Y estableció que “sí no se hace un ordenamiento territorial, se va a seguir poblando Texcoco y va a ver mayor consumo de agua, pero Texcoco no aguanta una urbanización más”.
Cuando se hizo la selección del sitio, donde se construiría el Nuevo Aeropuerto, se llevó a cabo con base en estudios técnicos y de factibilidad realizados por Arup, la corporación MITRE la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Pero nunca el Grupo Aeroportuario hizo un estudio a profundidad sobre el impacto ambiental real, que se causaría a las zonas boscosas y verdes de la región oriente.
Hace tres años, los activistas anti-transgénicos Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, denunció deficiencias en el documento de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) que declaraba procedente en términos ambientales el proyecto del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
Entre los principales puntos en contra que menciona el análisis está el hundimiento del terreno, que en promedio desciende 21 a 30 centímetros anualmente, deficiencias en el abastecimiento de agua en la zona, el riesgo de desaparición del lugar como sitio de descanso de aves migratorias y la denuncia en la siembra de más de 264 mil plantas de cinco especies no endémicas que además de comportarse como invasoras pertenecen a un tipo de hoja que pondría en riesgo de incendios a la zona.
También en ese entonces, se hizo énfasis en la falta de estudios por la CONAGUA para solucionar el abastecimiento del agua, pero no pasó de ahí, por eso la actual preocupación del ingeniero Cuanalo, además de que se necesitará un apoyo económico gubernamental, federal, para mantener en buen estado las zonas verdes.
