Un presunto caso de discriminación en un restaurante de la colonia Condesa de la Ciudad de México encendió las redes sociales y revivió el debate relacionado con el mestizaje.

El pasado 16 de enero Gibran Ramírez Reyes denunció a través de emeequis un supuesto acto de discriminación perpetrado en el restaurante ‘Lardo’, dirigido por la reconocida chef mexicana Elena Reygadas, ganadora del premio ‘Veuve Clicquot’ a la mejor cocinera de América Latina 2014.

En su denuncia, Gibran acusa al personal de ‘Lardo’ de negarle el acceso a un individuo por el color moreno de su piel. Además, asegura que cuando ocuparon el asiento les dijeron que no podían darles servicio sin reservación (pese a que en su sitio de internet establece y repite que las reservaciones no son necesarias para consumir en la barra, la cual estaba vacía) y los escoltaron hasta la salida.

Elena Reygadas coincidió en que el racismo es inaceptable y rechazó que sea atribuido a su persona. “Soy una ciudadana empeñada en combatirlo”, indica en la misiva que divulgamos a continuación:

Ni tardos ni perezosos, decenas de fans de Reygadas comenzaron a responder a los tuits donde el diario publicó la nota, muchos de ellos insultando al autor, llamándolo ‘acomplejado’ o ‘friki’. El propio denunciante asegura que varios de esos comentarios fueron perpretados por meseros del lugar. Los mensajes fueron o retuiteados o favoritos de la chef.

Por su parte, El Economista publicó una defensa casi papal hacia Elena Reygadas, acusando a Gibran de ‘berrinchudo’ por atacar a “una de las principales responsables de que el panorama culinario de la ciudad de México esté cambiando para bien” y comparando exageradamente el caso con el de Lady Profeco, en abril del 2013.

Hay que recordar que el caso Lady Profeco se hizo publico porque la hija de Humberto Benítez Treviño, quien fuera titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), ordenó clausurar un restaurante en la colonia Roma porque no le otorgaron la mesa que ella solicitaba. Un abuso absoluto de poder.

Sin embargo, no hay quejas al respecto sobre la actitud de Gibran o de las personas que menciona mientras estuvo el lugar, ningún abuso de autoridad ni falta de respeto, mientras que Reygadas fomenta las burlas hacia alguien que únicamente denunció lo que a su parecer era un trato discriminatorio. Los ‘me gusta’ a dichos comentarios bastan para generar más y más revuelo.

Un punto a favor del artículo de Jorge Camarena en El Economista es que el denunciante no contactó, hasta un día después de la publicación de su nota, a la chef para hacerle saber su inconformidad, obtener alguna enmienda o simplemente realizarle unas preguntas al respecto.

Como sea, dicho restaurante está dando de qué hablar y las redes sociales se han dividido entre quienes defienden a uno y a otro.

Fotos: Tomadas de Elena Reygadas / Twitter.

Con información de Emeequis, El Economista y Mexican Times.