A los 21 años de edad, Carolina tendría su primer bebé, sin embargo, una negligencia médica en el hospital General Regional No. 251 le arrebató esa oportunidad, debido a que tuvo que esperar nueve horas para realizarle una cesárea.

La joven fue llevada a sala de urgencias minutos después de las 9:00 horas del miércoles con la fuente rota, y la familia creía que sería cuestión de minutos o par de horas para el nacimiento del bebé, sin embargo, el tiempo fue pasando y la angustia creciendo más.

Una semana antes, el doctor que la atendía Carlos González indicó que por el padecimiento de preclamcia por presión arterial alta que presentaba la madre, era necesario para bien del producto la realización de una operación, pero por la mañana una doctora de apellido Naranjo dijo que no lo permitiría y debería ser natural.

“La ingresamos a las nueve de la mañana, se le rompió la fuente, pero apenas a la seis de la tarde le están haciendo la cesárea, pero ya nos dieron la noticia que el bebé murió, pero no, nos dan mayores datos”, indicó Carlos, padre de la mujer, ambos originarios de este municipio.

La madre tenía 37 semanas de embarazo, aunque hace unos días se le recomendó tomar un medicamento para la presión y adelantar el parto con el fin que el pequeño pudiera nacer sano y salvo en esa clínica del IMSS.

El progenitor indicó al paso de las horas las noticias de su hija y su nieta se fueron agotando, hasta después de las seis de la tarde pudieron saber que la bebé había perdido la vida pero sin conocer las causas.

“A quien le entiendes, primero nos dicen que era necesaria realizar la cesárea y luego ya no, se echan la pelotita”, dijo el papá.

Los padres aún no saben a ciencia cierta lo que ocurrió que derivó en la muerte de la bebé, además las autoridades del lugar no les han dado mayores informes, después de más de nueve horas se hizo la operación para recuperar al menor, aunque ya sin vida.